La Pastorela nació en nuestra tradición cultural decembrina como una forma de expandir la doctrina cristiana que rápidamente se convirtió en una auténtica manifestación de teatro popular. Su origen se remonta a las prácticas del teatro medieval llamadas Autos sacramentales, que son representaciones ejemplares de cuadros de la historia sagrada adaptados para el pueblo sencillo de manera didáctica.
Durante la colonia, las órdenes religiosas aprovecharon la fuerte tradición teatral de la cultura Náhuatl para propagar en forma didáctica la evangelización. Los Jesuitas, llegados a la nueva España en 1572, que ejercieron una gran influencia en la educación del pueblo, fueron los principales impulsores de los coloquios, representaciones que señalan el origen de estas expresiones teatrales.
Ligada a su origen religioso, la pastorela es la recreación de las peripecias que enfrentan los pastores para llegar a la adoración del niño Jesús, que ha nacido en Belén. En el camino tienen que luchar con los demonios, que representando los 7 pecados capitales, les imponen todo tipo de trampas, obstáculos y tentaciones para hacerlos desistir. El arcángel san Miguel, libra una intensa batalla con Lucifer y
finalmente triunfa sobre él. Se trata de una confrontación entre el bien y el mal de la que se desprenden ciertas lecciones.
La primera representación que se recuerda se ubica en Zapotlán Jalisco donde se presencia la primera batalla entre San Miguel y Lucifer en lengua indígena. La pastorela teatral nace de la pluma de José Joaquín Fernández de Lizardi, quien escribe en el siglo XIX "La noche más venturosa", primera pastorela de la que se tiene noticia entre las presentadas en un teatro con actores profesionales y un lenguaje culto, que si bien retoma la tradición, también establece ciertas diferencias. Desde entonces todos los años, en la época de Navidad y principios de enero, los teatros mexicanos son escenario de este género dramático.
Pese a indudables transformaciones las pastorelas han conservado hasta la fecha un contenido y una estructura más o menos permanentes. El tema central sigue siendo el nacimiento del niño Dios, incorporándose algunos personajes nuevos.En la pastorela mexicana los personajes fundamentales son los pastores, Lucifer, San Miguel, José, María , el niño y un anciano ermitaño.
También se han añadido cantos, música y danzas que manifiestan la evolución de la cultura popular, Su estructura incluye caminatas, diálogos entre Lucifer y sus diablos, diálogos entre diablos y pastores, diálogos entre pastores y un debate entre ángeles y demonios protagonizado por la batalla entre Miguel y Lucifer. La adoración de los pastores marca la pauta final y la despedida.La trama de la mayor parte de las pastorelas ha llegado a nuestros días gracias a la tradición oral. Entre las más conocidas se encuentran la de Metepec Edo. de México, la poblana, la de Tepotzotlán y la del Altillo en la ciudad de México.
Finalmente es importante considerar que cada pastorela es una gran ocasión para que el pueblo mexicano ponga en juego su creatividad e ingenio para reflejar la realidad social a través de nuestras tradiciones culturales en Navidad.