Vente mi Juana, vente conmigo,
que la campaña ya va a empezar,
serán tus ojos mi solo abrigo
y al enemigo sabré matar.
Mi Juana ¿no oyes a los clarines
cómo vibrantes tocan reunión?
De los caballos flotan las crines
y está en maitines mi corazón.
Voy con orgullo tras mi bandera
y te aseguro que he de triunfar,
si está repleta mi cartuchera,
mi soldadera me ha de animar.
Si me atraviesan en el combate
y muerto queda tu zapador,
recoge mi alma, busca el empate,
aunque te mate vil invasor.
Mas cuando el triunfo ya se decida
y haya ganado mi batallón,
busca mi cuerpo, bien de mi vida,
pon en mi herida tu corazón.
Mas si las balas, aunque certeras,
mi alma respetan, y mi valor,
te haré unas naguas o lo que quieras
con las banderas del invasor.
Y cuando el triunfo se determine,
después de todo te pienso hacer
unos aretes con sus medallas,
a ver si te hallas a tu placer.