ORÍGENES
DE LA FESTIVIDAD DEL DÍA DE MUERTOS:
La
muerte en la cultura mixteca, como en la mayoría de las culturas
Mesoamericanas, no representa el final de la vida, sino el inicio del camino a
una nueva forma de existir junto a los dioses.
Más que
el hecho de morir, importa más lo que sigue al morir. Y es ese otro mundo sobre
el que hacemos representaciones, costumbres y tradiciones, pues ante el camino
desconocido que la muerte nos señala, sólo es posible imaginarla con símbolos.
Aunque
consideraban que el ciclo de la vida culminaba con la muerte, consideraban
también que esta última era sólo un paso más en la existencia, por ello debían realizar algunas ceremonias.
Siendo la más importante la que es conocida actualmente como la Festividad del
día de Muertos, la cual tiene un gran pasado prehispánico conjugado con la
herencia española.
La ofrenda indígena se remonta hace unos mil 800
años antes de Cristo, pues sepultaban a sus muertos con ofrendas específicas.
Más tarde, más o menos mil 500 años antes de cristo, los pueblos sepultaban los cadáveres acompañados con ricas ofrendas de
cerámica, alimentos y utensilios personales.
Los habitantes de mesoamérica creían que después de morir, continuarían viviendo en otro modo. Los
muertos eran enterrados con toda case de objetos que pudieran serles útil en su
viaje al Mictlán.
La fiesta de muertos está vinculada con el
calendario agrícola prehispánico, porque es la única fiesta que se celebraba
cuando iniciaba la recolección o cosecha. Es decir, es el primer gran banquete
después de la temporada de escasez de los meses anteriores y que se compartía
hasta con los muertos. Así representaban la relación que creían existía entre
el ciclo siembra-cosecha y vida-muerte.
La existencia en el más allá decían, era de
acuerdo con la forma de su fallecimiento, no a la conducta observada en vida,
por lo tanto no se temía a castigos posteriores a la muerte.