Autor: Eduardo Guerrero
Voy a cantar un gustito
que vale la pura plata,
donde les doy la noticia
de la muerte de Zapata.
¡Adiós, montes del Ajusco
adiós, cerros del Jilguero,
adiós, montañas y cuevas
donde anduve de guerrero!
Me trataron con respeto
todos mis soldados leales,
para ellos no había tormento.
Adiós, firmes generales.
Adiós, muy heroica Cuautla,
adiós torres de Morelos
adiós las de Tenepantla,
pues ya nunca nos veremos.
Adiós los que me ayudaron
los nueve años de batalla,
en que nos vimos cubiertos
por la terrible metralla.
Adiós, mi señora madre,
adiós, todos mis chamacos,
adiós, todos mis amigos,
les encargo a mis muchachos.
Muerto está ya el guerrillero
que a ninguno respetó,
pues a Madero y Carranza
bastante guerra les dio.
Hoy de todos se despide
con tristísima amargura
y pide que no lo olviden
en su oscura sepultura.