A JUÁREZ (Fragmento)
Dadle a mi voz del
huracán rugiente
el poder no domado y
estruendoso,
que así quiero cantar
de gente en gente
las inmortales glorias
de un coloso.
Nacido en el peñón de
una montaña,
bajo el dosel del
azulado espacio,
su alcázar infantil fue
una cabaña,
y el abierto horizonte
su palacio.
Por su indígena raza,
firme, austero;
por su oscuro nacer,
del pueblo hermano,
la tez de bronce, el
corazón de acero,
griego el pensar, y el
alma de romano.
Todo en aquel humilde
pequeñuelo
que en la tierra de
Ixtlán pobre crecía,
como en un arca lo
guardaba el cielo,
¡sólo el Dios de los
pobres lo sabía!
Así Juárez, así; sin
esas galas
falsas con que la corte
irradia bella,
águila de Anáhuac,
abrió sus alas,
miró a su patria y
combatió por ella.
Y en medio del tumulto
y la matanza,
siendo el derecho su
sagrada norma,
su fe renueva, aviva su
esperanza,
mata el fuero y
cimienta la Reforma.
Allí está Veracruz en
donde raya
a tal altura ante la
patria historia,
que nuestro mar
rompiéndose en la playa,
aún parece gritar: “¡A
Juárez gloria!”
La muerte en arroparlo
en negro manto,
lo arrebato de la
familia humana,
pero su nombre ha de
vivir en tanto
haya un palmo de tierra
mexicana.
Fue el plebeyo
humillado a la nobleza;
fue el derecho
imponiéndose a la historia;
do acaba el hombre, el
inmortal empieza,
su fama universal se
llama gloria.
……………………………………………..
JUAN DE DIOS PEZA