HIDALGO
¡Mártir de la conciencia!,
nuestra historia
bañada está en la luz de tu
grandeza,
el pueblo cambió en culto tu
memoria
y las canas que orlaban tu
cabeza
en hojas de laurel tornó la
gloria.
Si con mundos de luz tu santo
nombre
en el cielo de México está
escrito
que vale al pueblo y al tirano
asombre,
para ser libre te bastó ser
hombre,
para ser inmortal te bastó un
grito.
Ahora venimos a tu altar
trayendo
del respeto y amor eternas
flores,
tu muerte y tus martirios
bendiciendo;
míranos con el alma repitiendo
las divinas palabras de
Dolores.
Feliz aquel a quien el mundo
llame
el cantor de tu gloria, noble
anciano,
labio feliz que tu nombre
aclame,
¡feliz todo el que en ti venere
y ame
al redentor del pueblo
mexicano.
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JUAN DE DIOS PEZA